Comentario
En 1500, dos años después que Vasco de Gama, el capitán portugués Diego Dias descubrió por azar la isla de Madagascar que, al parecer, había sido desconocida por Europa. Hasta comienzos del siglo XVII no establecieron los portugueses algunos puestos temporalmente. Los franceses trataron de establecerse en torno a Port-Dauphin en el tercer cuarto de dicho siglo; pero más tarde abandonaron el lugar y en él se asentaron algunos piratas expulsados de las Antillas (1687-1724). La isla de Madagascar, poco poblada, albergaba elementos de origen indonesio -cuya lengua emparentada con el malayo, acabó por imponerse- y africano, algunos de ellos arabizados, los swahilíes.
Tras un periodo de disturbios, Adrianonindranarivo logró mejorar la suerte del reino durante el siglo XVIII, desarrollando la agricultura, el sistema de riegos y drenajes, persiguiendo a los holgazanes y a los vagabundos, a los que convertía en esclavos, creando una especie de municipalidades con jefes electos. Se hizo célebre, asimismo, por una legislación de tipo moderno, que comprendía la igualdad del derecho de sucesión para muchachos y muchachas, abolición de la pena de muerte y de la esclavitud para los parientes del condenado, creación de una jerarquía judicial y militar, etc. Después de este rey, el reino se verá envuelto en disturbios debidos, sobre todo, a los errores del rey Raindratsara, quien repartió el reino entre sus tres mujeres, lo que provocó un proceso de disgregación y de conflicto.
Apenas se conoce la historia interna, en la que los europeos estuvieron poco interesados, y cuya tradición oral resulta difícil de interpretar. Por encima de las familias y de los clanes, en determinadas regiones de la isla se establecieron reinos inestables: en el Oeste, reinos sakalawa, cuyo apogeo se sitúa en el siglo XVIII; el principal tenia la capital en Majunga y dominó entonces sobre aproximadamente un tercio del territorio. En el centro, en la llanura del Imerina, tres pequeños reinos fueron fusionados en 1787 por Adrianampoinimerina (1787-1810) que, mediante una serie de guerras, logró en 1800 extender su autoridad al conjunto de la llanura. Inmediatamente se preocupó de pacificar toda la región, de alojar a sus colonos, de tratar con la mayor suavidad posible a los vencidos para tratar de integrarlos en un solo conjunto.
Más notable que sus conquistas es la obra de organización emprendida por este rey. Al poder real se le otorgó todo el poder posible, a través de usos que luego pasarán a la tradición. El carácter absoluto del rey se expresará por medio de declaraciones como "Yo soy el único rey y la fuente de la legalidad". Multiplicó las ocasiones de percepción de impuestos, como el vodihena, o parte del rey, y la hasina, u homenaje, un impuesto de productor o impuesto de azada y un impuesto sobre la tierra, hetra.
La comunidad rural, fokonolona, obtuvo poderes de justicia local y de policía, para descargar así a las jurisdicciones señoriales. Se llevaron a cabo numerosas obras para la mejora de las comunicaciones y la desecación de las marismas, uniendo en ocasiones a varias provincias en una gran obra común. Hasta después de 1800 no logró implantar su predominio en toda la isla, cuando fundase lo que en el siglo XIX sería considerado el reino de Madagascar. Pero ya para entonces, los franceses, apoyados en sus bases de Sainte-Marie y de Tamatava, controlaban la costa oriental.